Encuentros en las altas capacidades

Los que tienen hijos o hijas seguro que se acuerdan muy bien de todas las revistas sobre bebés que les llegaban a casa como promoción. Y seguramente también les sonará algún que otro artículo sobre superdotación. 

Para qué negarlo, todos y todas hemos sentido curiosidad más de una vez por este tema. Vigilas los avances de tu retoño con cierto orgullo y fascinación bobalicona. 

Por esto siempre he quitado importancia a los progresos de mi hijo. A pesar de que a veces me sorprendiera por su forma de hablar, sus respuestas o su sensibilidad emocional. Aunque rápido, no era excesivamente precoz en su aprendizaje y por lo tanto no consideré que fuera nada excepcional. Pensaba que me estaba dejando llevar por pura vanidad maternal. Y hasta lo atribuía al hecho de que yo le hablaba como un adulto. 

El porqué es simple. Probad de teclear la palabra superdotación en Google. ¿Cuántos hits os salen? Miles. Esto lo que yo llamo desinformación. O sobre información según como lo mires.

Si os detenéis a leer un poco estas entradas veréis que se pueden clasificar en dos grandes grupos: las que narran hechos extraordinarios o las que hablan de fracaso escolar. 

Las primeras te hacen descartar una posible superdotación, las segundas te ponen los pelos de punta. 

El Dr. Leopoldo Carreras explica muy bien este fenómeno en su artículo Prejuicios existentes en superdotación

Para empezar sólo se habla de superdotación cuando en realidad se tendría que hablar de Altas Capacidades. No todos los niños y niñas con Altas Capacidades tienen un perfil de superdotación. Los hay precoces, superdotados y con diferentes tipos de talento que además pueden ser simples o complejos. Ni tan siquiera en esto somos iguales. 

Tampoco es cierto que el CI lo determine todo. Cuanto buscamos sobre este tema lo primero en que nos fijamos es en el cociente intelectual. Pero el diagnóstico es mucho más complejo y tiene en cuenta otros factores como la creatividad y la imaginación.

Vivimos en la sociedad de la información y nos dejamos influir por muchos de estos datos sin pararnos a analizarlos y preguntarnos qué hay de cierto en ellos. Lo que no se comunica no existe. Y lo que se comunica no siempre se corrobora. Un artículo o reportaje sensacionalista siempre captará más la atención de la audiencia. 

Estos prejuicios no sólo afectan a la gente de a pie, también los viven los profesionales de la salud y de la educación. Las altas capacidades como otras diversidades no se estudian ni en pedagogía, ni en psicología ni en psicopedagogía. Sólo de pasada. 

Un estudio del año 99 dirigido por el profesor Esteban Sánchez Manzano de la Complutense sobre las capacidades de más de 13000 alumos de 65 colegios en la Comunidad de Madrid recogió las predicciones de los maestros y de los padres. El nivel de error de los profesionales de educación fue del 97%, mientras que los padres obtuvieron un nivel de acierto del 70%. 

Por lo que como dice el Dr. Carreras en su artículo, muchos padres y madres se mueven bien por un «deseo que sea superdotado» o por un «deseo que no sea superdotado». 

Los segundos, en los que me incluyo yo, con frecuencia suelen ser los más acertados. Aunque imagino que también habrá quién ante el fracaso escolar se deje agazapar por la idea de que se trate de altas capacidades. 

Hemos pasado por distintas etapas en un camino que en realidad sólo acaba de empezar. Al principio atribuía la falta de concentración de mi hijo en clase a mi separación y a una otitis serosa. Después llegó la fase «es que no ve bien, tiene hipermetropía» y finalmente apareció el término TDAH. 

Con un diagnóstico por déficit de atención e hiperactividad todo parecía cuadrar. Por fin habíamos conseguido etiquetar, poner nombre a algo que le hacía distinto dentro del grupo. Con lo que yo odio etiquetar. 

Al TDAH se le añadía un coeficiente alto que lo hacía doblemente especial. Y como los péndulos volvimos al principio. Influidos por toda la información de que disponíamos sobre el Déficit de Atención, eludimos inconscientemente su capacidad y nos enfocamos en trabajar la hiperactividad. 

Los síntomas encajaban y la terapia conductual parecía funcionar. Al fin y al cabo de lo que se trataba era de darle recursos para canalizar su inquietud y controlar su impulsividad. Lo que no cuadraba tanto es que esta hiperactividad sólo se diera en clase y apenas en casa. 

Este curso empezó bien hasta que poco a poco llegaban cada vez más notas y tareas por terminar a casa, los conflictos de relación con el resto del grupo se acentuaban y ya no sabíamos ni qué pensar ni qué hacer. 

Creí que quizá se trataba más de déficit de atención que hiperactividad y consulté con el servicio de Neuropsicología infantil de la Dexeus quién cuenta con la Dra. Tremols especializada en TDAH. Siguiente fase: su inquietud no era por hiperactividad sino que venía dada por su perfil de altas capacidades. 

Borrón y cuenta nueva. ¿Y ahora qué? Pánico. Pues sí y no. Entramos en pánico efectivamente, pero lentamente lo fuimos asimilando. Nos dirigieron al centro psicopedagógico Mentor para realizar un diagnóstico completo que determinara qué tipo de alta capacidad tenía y descartar o no el TDAH definitivamente. 

Han sido cuatro pruebas que han concluido en un resultado de superdotación y que nos han orientado sobre sus necesidades cognitivas y emocionales. Bajo el lema no hay problemas sólo soluciones nos han disipado muchas de nuestras dudas y hemos podido conocer más de cerca en qué consisten las altas capacidades y liberarnos de los estereotipos. Mentiría si dijera que ya no me preocupa el tema, pero de forma mucho más racional. 

Como comenté sólo estamos al principio del camino porque ahora es el sistema educativo el que tiene que adaptarse a sus necesidades específicas tal y como reconoce la Ley de diversidad educativa. 

Y aquí volvemos a topar con los tópicos y con un sistema que se jacta de diversidad pero que en la práctica es estándar para todo el mundo.

También nos enfrentamos a qué se entiende bajo el concepto de diversidad. Nadie pone en duda que una persona que esté sufriendo una situación familiar delicada o tenga una discapacidad física o intelectual necesite una adaptación de su curriculum escolar.

Pero no se piensa igual cuando la situación es la contraria. Aunque esté demostrado que si no se atienden estas necesidades pueden producirse situaciones psicológicas y escolares importantes.

Tendremos que armarnos de paciencia y luchar para que estos perjuicios no se impongan al sentido común. Buscar los caminos y no cerrarnos las puertas a ninguna posible alternativa.

Una lucha a favor de un sistema que funcione y que realmente reconozca y proteja las necesidades cognitivas y emocionales del alumnado, sean las que sean.

A los que estéis pasando por lo mismo aconsejaros de informaros bien y no dejaros influir por toda la información que encontréis. Dirigiros a un centro especializado que os oriente bien. Y olvidaros de todos los tópicos que corren por ahí. 

Un niño superdotado no es un freaky ni tampoco un fracasado. Es sólo un niño como los demás con más capacidad y más curiosidad por las cosas que le rodean. No creo que nadie a simple vista pueda distinguir su particularidad. Mi hijo es un niño feliz, con una vitalidad y una imaginación sin fin, divertido, dulce e inteligente. ¿Qué más puedo pedir? ¿A caso no es su felicidad y su plenitud como persona lo que me debe importar? 

Dejemos de ver las altas capacidades como un problema y empezemos a buscar soluciones para hacerles sentir mejor consigo mismos. 

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10 respuestas to “Encuentros en las altas capacidades”

  1. Angela Says:

    Hola Eva, pues al igual que «La sal de Lilit» soy madre de niños de altas capacidades (de tres nada más y nada menos). No es que comparta lo que ella te ha dicho, es que ha clavado mi pensamiento, y mis hijos son igualmente niños y niñas totalmente normales que por supuesto tú no los diferenciarías de los demás.
    Eso de «supuestas» altas capacidades la verdad es que cómo profesional que serás de la educación queda un poquito regular, o ¿es que pones en tela de juicio a los psicólogos además de a los padres?. Pues nada que si fuera por tí, marcha atrás, sólo los profesores detectarían a estos niños ¡ah, no! que tú crees que no es necesario detectarlos, vamos que todos los estudios realizados sobre el tema (y no precisamente por los padres) no sirven para nada.
    Por supuesto, si los profesores diferenciaran adecuadamente el curriculum según las necesidades de cada alumno otro gallo cantaría, pero hija es que eso no suele ser lo normal (por desgracia) aunque hay algunos que por iniciativa propia ayudan cómo pueden a estos niños, que lo NECESITAN y MUCHO. Por cierto, que eso del elitismo o la desconexión con la realidad de los programas especiales, agrupamientos… es demasiado antiguo.
    ¿Por qué os cuesta tanto a los maestros admitir que hay niños con altas capacidades, al igual que hay niños con dislexia, dificultades de aprendizaje, TDAH…? Mi opinión es que es la defensa ante una situación que les supera y no pueden afrontar, muchos se ponen a la defensiva cuando lo que los padres queremos es colaborar con ellos por el bien de nuestros niños (al menos es lo que yo siempre he intentado), todos tenemos que aprender a tratarlos y a comprenderlos, tienen ese DERECHO.
    Un saludo

  2. Eva Says:

    Hola!
    Creo que en este mundo de las altas capacidades hay mucha «proyección» de los padres y muchas falsas expectativas respecto a niños talentosos (no superdotados) o sencillamente precoces, a los que se etiqueta antes de tiempo. La etiquetación errónea acaba produciendo frustración e infelicidad, pero la culpabilidad de todo el desastre causado se atribuye a una supuesta mala actuación del sistema educativo, cuando en realidad muchas veces los maestros son víctimas de padres que creen tener un Einstein en miniatura y potencian hasta la extenuación sus supuestas superdotaciones, negándole el derecho a ser niño (o niña) y feliz.
    En realidad, la atención educativa de los niños con supuestas altas capacidades no es tan distinta a la del resto: estimular al máximo sus potencialidades, reconocer sus intereses y potenciarlos, ofrecer posibilidades de aprendizaje significativo, generar entornos de trabajo cooperativo… Todo lo demás (escuelas especiales, programas diversificados…) creo sinceramente que no es ofrecer calidad, sino elitismo y desconexión de la realidad y del contexto.
    Menos batallar y más dejar que los profesionales hagan su trabajo. Un poco de respeto para maestros, psicólogos y pedagogos… ellos también han «empollado» mucho sobre el tema y lo gestionan de manera menos «partidista» que las familias.

    • La sal de Lilit Says:

      Hola Eva

      Antes que nada muchas gracias por tu post que acabo de publicar. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Hay mucho estereotipos que giran entorno a este tema y que no ayudan. Y estos afectan tanto a los padres como a los profesionales poniendo trabas y miedos absurdos que sólo impiden avanzar. Las cosas como tu bien apuntas son mucho más sencillas.
      Valoro y admiro como nadie el trabajo de los pedágogos y profesores. Y como tu bien explicas en realidad la atención educativa que necesitan los niños con Altas Capacidades no es tan distinta al resto y aplicarlas no sólo beneficia a ellos/as sino al conjunto del grupo. Y esto justo y sólo esto, lo que intento hacer entender a la escuela de mi hijo (que no a los profesores, que bastante hacen con las herramientas que tienen) . Por eso no estoy dándoles la tabarra, al contrario les doy mi soporte.

      Lo que me cuesta entender es justamente que se pongan problemas a algo en realidad tan simple. Si se puede dar refuerzo a quien lo necesita y dar alas a quien destaca en un deporte, ¿por qué limitar los conocimentos a quien tiene ganas de aprender?

      Mi hijo no es Einsten,tampoco es Mozart, es un chaval supernormal. De media notable en el cole. E incluso algún suspenso. Con una imaginación desbordante, un sentido del humor perpicaz, divertido y una sensibilidad emocional propia de un adulto. Pero al fin y al cabo un chico normal. Si tu lo conocieras no lo distinguirías de otro crío. De hecho es bastante vago 🙂 Tiene unas ganas insaciables de ir más allá cuando un tema le interesa aunque se encuentra que en la escuela no se le permite. No toca por temario, pues te fastidias.

      Tiene Altas Capacidades. Y no me lo figuro, ni lo etiqueto. Tiene 2 diagnósticos que lo confirman. Y negar que esta realidad existe, es esconder la cabeza bajo la arena.

      ¿Pero qué es ser superdotado? Ser superdotado es simplemente tener una capacidad, que no un rendimiento. Es un proyecto. Con una forma distinta de aprendizaje (más líneal), pero ya está. Es como quien tiene un físico mejor adaptado para nadar o jugar al fútbol. No esperes encontrarte un crío empollón en un superdotado. Más bien busca en el que mira al techo o a la ventana durante la clase. Einstein y Mozart no era superdotados, eran genios. Y los que sacan 10 en todo, son críos intelectualmente brillantes, pero muy posiblemente no serán superdotados.

      Tienes razón hay mucha proyección de los padres y muchas falsas expectativas. No sólo en los padres de superdotados. Pero siento decirte que yo no soy así, me la suda lo que haga y sea mientras sea feliz. Soy una madre que como cualquier otra que quiere que su hijo se sienta pleno. Estoy segura de que coincidirás conmigo en que para el desarrollo personal de una persona sea cuál sea ha de existir un marco adecuado. Ahora este marco sólo existe en casa. Pero bueno, ahí estamos.

      Mi mensaje justamente es: dejad de complicar las cosas. Haced reset. Todos/as somos distintos. Y es maravilloso. Y es por esto por lo que lucho. Y no pienso dejar de hacerlo. Lo siento. Y lo hago con una sonrisa. Porque quiero que los profesionales hagan su trabajo, nada más.

      ¿No batallarías acaso tu?

  3. Hermínia Says:

    Efectivamente, hay mucho aprovechado en esta ámbito de AC, pero la culpa es de la administración y su inhibición en el tema,
    Por si os sirve de consuelo, os diré que en los últimos 10 años algo se ha avanzado. Cuando llevé mi hijo al psicólogo (hace casi 15), aparte de TDH, …nada de nada, y ningún centro conocido ni profesional. Tuve que hacer interrogatorios de 3er, grado en todas las instancias de Ensenyament para obtener un teléfono
    Por lo demás, mismo diagnóstico que Sònia.
    Y, también : madre, sindicalista y feminista.
    Ánimo, hemos de seguir luchando!

  4. Angela Says:

    En vuestras historias me veo reflejada, soy madre de tres niños de altas capacidades. Me encuentro temporalmente en el extranjero, dónde me encuentro mucho más relajada con este tema (qué diferente ven aquí las cosas), por desgracia no tengo aquí a toda mi familia ni a mi tierra. En fin, en esta vida hay que ser positivo, y a seguir luchando por la felicidad de los nuestros. Un saludo

  5. estrella Says:

    Perdón, faltó parte del texto:
    “empollar” …………. todos esos estudios universitarios a lo largo de la geografía española financiados , que hablan de nuestros hijos sobre las características, la atención, las medidas educativas, las diferentes teorías, legilasción vigente, protocolos de actuación, competencias de los Eoep, competencias de la inspección, las inteligencias múltiples, sistemas de medición, enriquecimiento, adaptaciones. ¿Quién no conoce a Renzulli a estas alturas? O , ¿quién no ha oído hablar de los que van a los congresos de las distintas universidades?
    No se trata de ir a un buen centro: los recursos de la administración son gratuitos, para todo el mundo y en éstos están incluídos tanto los serivicios de Salud Mental como los diferentes equipos de orientación para primaria o los propios de los centros de secundaria. La legislación contempla todo esto. Yo también he pasado por el «privado», pero ahora me doy cuenta del negocio que hay montado alrededor de estos niños. Hay que hacer uso de los recursos gratuitos, entre otras cosas, porque finalmente son los Eoep los que tienen la sartén por el mango, es decir los que tienen la competencia para hacer las evaluaciones. Hay que pedir que hagan su trabajo y lo hagan bien.

  6. estrella Says:

    Nadie ve en las Altas Capacidades un problema, si no en la falta de atención en las escuelas; eso sí es un verdadero problema y es lo que hay que reivindicar. Sólo con que se cumpliera la ley estaríamos todos bastante satisfechos y no tendríamos que batallar con equipos de orientación, docentes y administración.
    Muchos de los que tenemos hijos de Altas Capacidades nos hemos dedicado a «empollar», como dicen, pero no en páginas sensacionalistas sino de todos esos , que hablan de nuestros hijos. La cuestión es que mientras ellos se hacen expertos en Altas Capacidades, a la escuela no llega ni el mínimo porcentaje de tanto estudio y sabiduría sobre el tema.
    – Más formación de docentes
    – más sistemas de detección precoz
    – más atención y menos obstáculos en la escuela
    – más respeto a la ley
    – menos desprecio a los AC y a sus familias
    Saludos

  7. Conchi Says:

    Hola Sònia: la historia de mi hijo es igual que la del tuyo. Tuve que enfrentarme a mi marido para llevarlo al psicólogo. Finalmente despues de empollarme algunos libros de TDAH resultó ser AC. Nos enteramos hace 2 años, ahora soy una «experta». En el cole he encontrado algo de colaboración. Si yo no les llevo el informe del psicólogo particular nunca le habrian hecho caso. Intentaré llevarlo cuando acabe primaria a un instituto con un proyecto desarrollado durante años para Altas Capacidades, no me corresponde por la zona y no se si lo admitirán.
    Me gusta mucho tu blog, no se de donde sacas tiempo para tu huerto, para pilates y la fotografía. Me siento muy identificada contigo, comparto los mismos gustos. No soy sindicalista, pero soy consejera en el Consejo Escolar y vicepresidenta del AMPA. Tengo dos empleos para poder reunir un birrioso sueldo. Y me paso las tardes que no trabajo llevando a mis hijos a las extraescolares.
    Te deseo mucha suerte con ese proyecto de vida que estás llevando acabo.
    Un saludo

  8. La sal de Lilit Says:

    A causa del comentario de Claudio he decidido retirar la última reseña de mi post. No tanto porque lo que se diga allí sea incorrecto. Sigo pensando que es muy interesante, sinó porque no quiero participar de la promoción de Mirandés. Un personaje un tanto oscuro. Disculpad las molestias.

  9. Claudio Says:

    Lo malo de tu última recomendación, es que Mirandés es un estafador reconocido (ver «Traficantes de esperanzas», de Pepe Rodríguez, ediciones B, 1991). Lo que pone no es falso, sino que simplemente vive de la inercia del sistema.
    Te recomiendo que te dirijas a http://www.fanjacc.org
    Son un grupo de padres que simplemente hacen lo que todos: tirar hacia adelante.
    Un saludo

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